lunes, 29 de diciembre de 2008

Setas con puerros al vino blanco.

Ingredientes:

200gr de setas de ostra.
1 puerro grande.
1/2 limón.
Vino blanco.
Un par de cayenas.
Aceite.
Sal.

Preparación:

Limpiamos las setas de ostra y las partimos en gajos con las manos si tienen un tamaño medio, si son muy grandes utilizamos un cuchillo. Por otro lado, limpiamos el puerro, apartando las hojas secas y las parte más verde, lo lavamos y cortamos en cuatro partes el puerro.
Ponemos una sartén en el fuego y le echamos un chorrito de aceite, cuando se caliente, echamos las setas, salteándolas durante un par de minutos antes de añadir los puerros. Removemos bien, y cuando el puerro empiece a dorarse, echamos el zumo de medio limón, las cayenas, partidas por la mitad y seguimos removiendo. Al cabo de un par de minutos más, vertemos un vaso de vino blanco, y dejamos que se cuezan las setas en el vino durante cinco minutos más, hasta que pierda el alcohol. Las setas se harán quedado blanqueadas y blanditas, listas para servir.

Setas de ostra.
Poco puedo decir ya de ellas, más que estas fotos.

Setas picantitas.
Las setas al vino con cayena son picantes, es una receta más de todas las que hago en las que el picante está presente y hace que difrute de él. Si no nos gusta el picante, podemos cambiar la cayena por un puntito de pimienta o un poco de nuez moscada, cada persona a su gusto.

Tartaletas de paté de calabacín.

Ingredientes:

Unas cuantas tartaletas para reposteria, veganas, evidentemente.
Unas cucharadas de paté de calabacín.

Preparación:

Una vez tenemos el paté de calabacín hecho, la historia es sencilla, solo tenemos que abordar la caja de tartaletas que encontremos sin productos animales y colocar unas cucharaditas de paté dentro, para hacer una presentación digna de un prestigioso restaurante.

Presentación de lujo:
Las tartaletas son un producto caro, la verdad, pero cierto día en el "super" las tenían de oferta, y siempre me había quedado con las ganas de llevarme algo así para que lucieran bien los patés. Una presentación digna de invitar la familia a cenar, para que vean que no solo comemos lechuga y alfalfa.

Frivolidades.
Una buena bandeja llena de diversos patés, montados sobre tartaletas, tostadas pequeñas, bocaditos de hojaldre, hojitas de cogollo de lechuga, hojas de endivia... son una muestra colorida de las mil posibilidades de la gastronomía vegana.
Sabores que se mezclan en pequeños bocados, dando juego a la mesa y ánimo a las miradas ávidas de color en nuestras mesas verdes.

Zumo de zanahoria y naranjas

Ingredientes:

2 naranjas.
2 zanahorias.
Unas gotas de zumo de limón.

Preparación:

Para preparar un zumo de zanahoria debemos disponer de una licuadora. Es una herramienta magistral para preparar zumos y batidos.
Lavamos y troceamos la zanahoria para que quepa por el agujero de la licuadora, las licuamos y reservamos la pulpa a parte, para preparar sobrasada vegana. A continuación pelamos las naranjas, y las licuamos, vertemos el zumo de zanahoria y naranja en el mismo recipiente y añadimos unas gotas de limón, movemos el zumo, y lo servimos en un vaso bonito para hacer la foto del blog.

Zumo valenciano, jejeje.
El zumo de naranja es un lujo de Valencia del que disfrutamos casi por castigo, puesto que llegado el invierno, todo el mundo conoce alguien que tiene algún campo y le puede facilitar unos kilos de naranjas para supervitaminarse y supermineralizarse.

Combinación ideal.
Cortesía de una amiga de Ecuador, la receta del zumo antianémico. La combinación de naranjas, zanahoria y remolacha es perfecta para luchar contra la anemía, una debilidad tan extendida entre nuestrxs conocidxs, no necesariamente vegetarianxs, jajajaja. Vitaminas C, D, E y hierro, junto con el resto de aportes minerales que contienen estos ingredientes, forman parte de un cocktail con el que te puedes llenar una botella de litro de vidrio y ir a disfrutar de una buena velada de hardcore y punk.
Hoy no tenía remolacha, pero sí muchas naranjas y zanahorias, jejeje, así que tampoco nos vamos a poner muy estrictxs ¿no?

Setas de cosecha casera

Desde que descubrimos las balas de paja con esporas de setas comestibles, cada año disfrutamos de unas deliciosas tapas de setas cuando se acerca el invierno.
Unas balas de paja, cubiertas por un plástico negro que impide que les de la luz, el cultivo es sencillo, se realizan unos cortes sobre el plástico y se corta la parte de abajo del fardo, poniendo la paja directamente sobre alguna especie de toalla o tela que aguante la humedad.
En un recipiente de plástico, por ejemplo, donde queda la bala, colocamos una toalla húmeda, el fardo con la parte plástica de abajo retirada y con unos cortes transversales en la parte superior, que rociaremos todos los días, y siempre que nos acordemos con agua mediante un dispersor de tipo multiusos del hogar.
Al cabo de unos días comenzarán a brotar unas pequeñas cabezas de hongo, que poco a poco crecerán en familía, hasta alcanzar unas dimensiones sorprendentes.
Solo queda cortarlos y llevarlos a la cocina para ser preparados y disfrutar de las setas de cosecha casera.
También hay balas de champiñones, aunque estas tienen un funcionamiento distinto, y personalmente me parecen más difíciles de cultivar.

Tapas veganas de los jueves




A lo largo de finales de noviembre y el mes de diciembre, las tapas de los jueves han continuando acompañando nuestras noches. Una buena muestra de las tapas de las que se puede disfrutar son las fotos de la pizarra de cada día.

Estas semanas hemos preparado:
-Patatas bravas.
-Setas de cosecha.
-Montaditos de paté, de sobrasada vegana y hummus.
-Salchichitas de tofu.
-Coliflor al curry.
-Patatas al horno.
-Champiñón a la plancha.
-Pinchos morunos.
-Verdura al curry.
-Rollitos de primavera.
-Montaditos de paté de berenjena.
-Filetillos de soja con pimientos.
-Berenjena y coliflor al curry.
-Revollón a la plancha.
-Setas de chopo a la plancha.
-Medallones de verduras.

(Los jueves desde las 21 horas, preparamos tapas veganas para la autogestión de la Quimera csa.Un punto de encuentro para las tardes-noches de los jueves donde disfrutar de una degustación de platos veganos y colaborar con el proyecto del centro social.
Tras una tarde de escalada en el rocódromo, ver unos videos musicales, jugar a algún juego de mesa...)